domingo, 6 de febrero de 2011

El pastor de las estrellas

El ojo entrenado siempre alcanza a ver mucho más que el que no hace acopio de datos a diario. Por esa razón, después de desarrollar su trabajo cotidiano como ganadero de ovejas, Joaquín Tapioles dedica varias horas al día desde que era pequeño a escrutar los cielos desde San Agustín del Pozo, localidad zamorana situada 60 kilómetros al norte de la capital.

Junto a su casa, a la entrada del pueblo, este pastor de 52 años supervisa la descarga de diez toneladas de pienso en un silo. "Las aficiones están muy bien pero primero hay que trabajar para poder tenerlas". Tapioles lleva contemplando las estrellas, que eso significa etimológicamente la palabra 'considerar', desde su más tierna infancia aunque "de pequeño se veían más que ahora" aludiendo a la menor contaminación lumínica. "Duermes, tocas la flauta o miras las estrellas, qué vas a hacer solo en el campo de madrugada", anota.

Pastor galáctico
En el pueblo y, sobre todo, en el mundillo astronómico internacional, Joaquín es conocido como 'El pastor galáctico', denominación que él mismo ha fomentado y que, por impactante, no se olvida.

"Lo del pastor galáctico salió de mí. En los foros no se creían que yo fuese ganadero de ovejas y supiera algo de esto. La gente del pueblo ya sabía de mi afición porque cuando salía al campo con las ovejas me llevaba libros y revistas y siempre salía el tema. Después, cuando empecé a construir el observatorio, pensaron que era un silo para el pienso, después que si era algo para curar chorizos. Al final, salió esto", dice entre risas. "No deja de ser una curiosidad que el único observatorio que había en Zamora lo hubiese construido un pastor", reconoce.

Completamente integrado en su vivienda, la cúpula de observatorio es una de las referencias del skyline de San Agustín del Pozo. El nombre de la instalación responde a los gustos por una de las constelaciones más conocidas del mapa estelar. "Orión es la constelación que más me gusta y donde está una de las nebulosas más llamativas y bonitas del cielo de invierno, la nebulosa M42", indica.
La estructura de la cúpula es de hierro, forrada por fuera con chapa galvanizada y por polietileno expandido en el interior para proteger del frío y del calor el observatorio, que tiene unos tres metros y medio de diámetro y una abertura de cerca de un metro.

El resultado es francamente bueno, optimizando la inversión hasta el extremo, no en vano hizo él mismo la obra, invirtiendo en materiales unas 400.000 pesetas "de las de entonces".

Escaleras arriba, la primera precaución es cerrar la trampilla de acceso para evitar accidentes. El pastor galáctico abre la tronera para hacer una demostración de las posibilidades de su obra y prepara el telescopio tipo 2, "con una montura normal, pero es muy potente para cielo profundo porque tiene 30 centímetros de diámetro, tiene poco foco y da más luminosidad", según explica.

El equipo óptico queda completado con un ordenador, una cámara digital, un amplio juego de filtros y de oculares y otros dos telescopios refractores, "de 150 milímetros, foco 8, y otro de 120, foco 5, para observación con mis amigos en el campo y para exhibiciones por los pueblos", puntualiza.

"La NASA y la Agencia Espacial Europea nos piden ayuda con cierta frecuencia porque no pueden cubrir todo el campo. Piensa que un aficionado australiano descubrió con un telescopio normal y corriente que un asteroide se había estrellado con Júpiter y la NASA apuntó el Hubble hacia ese punto para ver el punto de impacto. Si llega a dar contra la Tierra, la barre", explica.

Joaquín Tapioles tiene sus preferencias en cuanto al objeto de sus estudios, dedicándose, sobre todo, a los cometas. Cuando estrenó su observatorio Orión, pasaron relativamente cerca de la Tierra el Yakutake y el Hale-Bopp, "que se vio casi durante medio año", según indica.

Sin ir más lejos, el pasado día 26 de enero, el pastor galáctico vivió la emoción de presenciar un fenómeno "parecido a una aurora boreal" y que no estaba pronosticado.

"El Sol tiene mucha actividad pero no se había previsto por aquí nada parecido. Lo documento en mi blog (pastorgalactico.blogspot.com). Hay gente que piensa que fue un efecto óptico de las luces del pueblo pero estoy seguro de que no porque se vio en varias partes y desaparecía en un lago para aparecer en otro", señala. Los aficionados a la astronomía buscan fenómenos estelares con la misma avidez con la que un cazador camuflado aguarda a que pase una bandada de patos. «El primero que captó visualmente el Temple 1 fui yo y también hice una medición del cometa Holmes, hace dos años, que estaba normalmente en magnitud 16 y, de repente, subió en poco más de un día a magnitud 2,5. Tenemos un grupo de internet que nos mandamos mediciones y yo fui el primero que lo capté, cuando se veía todavía de día», cuenta.

Respecto a algunas de las dudas tópicas relacionadas con esta ciencia, el pastor se muestra un tanto escéptico sobre la posibilidad de que no estemos solos en el Universo y recalca que "puede haber vida en nuestra galaxia pero eso no significa que sea inteligente".

Contaminación
Los aficionados coinciden al señalar que la provincia de Zamora tiene uno de los mejores cielos de Castilla y León para la observación astronómica pero Tapioles se queja de que "de un tiempo a esta parte, nos están barriendo el cielo con las luces de los parques eólicos, que son luces blancas intensas y parpadeantes, que estropean esas características excelentes de nuestros cielos para la astronomía".
http://www.elmundo.es


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