viernes, 19 de agosto de 2011

El misterio de las manchas Lyman Alfa

Astrónomos han esclarecido la fuente de poder de una rara y amplia nube de gas resplandeciente en el Universo primitivo. Las observaciones muestran por primera vez que el resplandor de esta gigantesca «mancha Lyman-Alfa» -uno de los objetos más grandes que se conocen en el espacio- proviene de galaxias brillantes escondidas en su interior. Los resultados aparecen publicados en la revista NatuEl equipo de astrónomos ha usado el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO) para estudiar una de estas inusuales burbujas. Las manchas Lyman-Alfa son uno de los objetos más grandes del Universo: nubes gigantes de gas de hidrógeno que pueden alcanzar diámetros de unos cientos de miles de años-luz (varias veces más grandes que el tamaño de la Vía Láctea), y que son tan poderosas como la más brillantes galaxias. Suelen encontrarse a grandes distancias, de modo que las vemos como eran cuando el Universo tenía sólo unos pocos millones de años. Por lo tanto, son importantes en nuestro entendimiento de cómo se formaron y evolucionaron las galaxias cuando el Universo era más joven. Sin embargo, la fuente de poder de su luminosidad extrema, y la naturaleza principal de las manchas, permanecía sin ser resuelta... hasta ahora. El equipo estudió una de las primeras y más brillantes de estas manchas en ser encontrada. Conocida como LAB-1, fue descubierta en el año 2000 y está tan lejos que su luz se ha demorado unos 11.500 millones de años en llegar a nosotros. Con un diámetro de unos 300.000 años-luz también es una de las más grandes conocidas y tiene varias galaxias primitivas en ella, incluyendo una galaxia activa. Voraces agujeros negros Existen varias teorías que compiten por explicar las manchas Lyman-Alfa. Una idea postula que brillan cuando gas frío es arrastrado por la poderosa gravedad de la mancha y se calienta. Otra postula que resultan fosforescentes porque hay objetos brillantes en su interior: galaxias experimentando una vigorosa formación estelar o conteniendo voraces agujeros negros que tragan materia. Las nuevas observaciones muestran que son las galaxias embutidas y no el gas arrastrado lo que propulsa a LAB-1. El equipo llegó a esta conclusión tras encontrar que la luz de la mancha Lyman-Alfa LAB-1 estaba polarizada en un anillo alrededor de la región central y que no había polarización en el centro. Este efecto es casi imposible de producir si la luz simplemente viene del gas que cae en la mancha por efecto de la gravedad, pero es justo lo que se esperaba si la luz originalmente viene de galaxias metidas en la región central, antes de ser dispersa por el gas. Los astrónomos ahora planean observar más manchas gigantes para ver si los resultados obtenidos con LAB-1 se repiten en el resto.Fuente: www.abc.es leer mas

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