lunes, 16 de enero de 2012

La vida que se busca en el espacio no se parece a lo conocido en la Tierra

Foto ESO
El presidente del Consejo del Observatorio Europeo Austral (ESO), Xavier Barcons, ha señalado que una de las actividades en las que trabaja actualmente el organismo es en la búsqueda de vida en el espacio, un trabajo que, según ha apuntado, "no tiene nada que ver" con lo que la sociedad cree sino que "se está buscando algo que ni siquiera se sabe lo que es" pero "no es nada parecido a lo que se conoce en la Tierra" Así, Barcons ha señalado que entiende "la expectación" que existe entre la sociedad el hecho de que se encuentre vida en el espacio. "Es un reto el saber que la vida no es exactamente un accidente, sino que es algo puede ocurrir cuando se dan las condiciones oportunas y es importante y saber que la tierra no es única", ha señalado. Sin embargo ha indicado, en declaraciones a Europa Press, que "no se están buscando seres verdes de seis patas" sino "bichitos prebióticos" y "bacterias" que demuestren que un lugar es apto para la vida.

De hecho, ha indicado que estas investigaciones no traerán resultados contundentes hasta dentro de 20-30 años. "Antes que todo eso estamos en la busca de exoplanetas de características similares a la Tierra y que se encuentre en zona habitable", ha señalado.

En este sentido ha calificado como "un reto en primera fila" el conseguir detectar una Tierra en la zona habitable, con tamaño parecido al planeta y que tenga agua líquida, un objetivo que, a su juicio, "se podría conseguir en una década". Además ha indicado que, antes de buscar vida, "hay que ver si en las atmósferas de los exoplanetas hay trazas de materia biológica a través de la composición atmosférica". En este sentido ha explicado que la combinación de metano y ozono y la de dióxido de carbono, ozono y agua, son "trazados de actividad biológica inequívoca".

Para Barcons, lo importante que hay que tener en cuenta es que "la clase de vida que uno puede esperar no tiene por qué parecerse para nada a la vida de la Tierra". "Que se encuentren trazas de actividad biológica en el subsuelo de la luna de Saturno Europa no quiere decir que el hombre se pueda ir corriendo a vivir allí", ha señalado el experto.

Este estudio es una de las 'cuentas pendientes' de la astronomía en su lista de objetivos próximos. En este documento, también se encuentra la investigación sobre la materia oscura y la energía oscura. Al respecto de este asunto, el astrónomo ha señalado que habrá que "esperar bastante tiempo" para conocer qué son, pero sí ha señalado que en diez años "se podrá medir con precisión la energía oscura y tenerla caracterizada", un logro que permitirá avanzar en el estudio de su naturaleza.

Del mismo modo, ha destacado el trabajo que está llevando a cabo ESO en el estudio de los agujeros negros, un tema que, a su juicio, "quizás no llegue tanto a la gente" pero que es "de gran importancia".

Según ha explicado todas las galaxias tienen en su centro un agujero negro gigante, del orden de un millón de veces más grande que una estrella, que ha ido creciendo a base de succionar materia en sus alrededores por atracción gravitatoria. Barcons ha indicado que, gracias a los estudios de ESO se ha podido saber el crecimiento del agujero negro y la galaxia "están ligados".

"La energía que se ha tenido que liberar para formar este agujero negro en el centro de las galaxias sería capaz de destruir la galaxia entera 30 veces, así que el proceso de formación de ambos ha tenido que hacerse en muy buena sintonía". "Se le llama retroalimentación, un fenómeno que es importantísimo pero que no se sabe exactamente cómo funciona y como influye en la vida de una galaxia y cómo van creciendo estos agujeros negros", ha apuntado.

ESO CUMPLE 50 AÑOS

Estos descubrimientos de los que ahora se hablan eran "impensables" de conseguir cuando se creó el ESO, hace 50 años, según ha apuntado Barcons, quien ha explicado que el primer objetivo del organismo fue colocar un telescopio de más de tres metros de diámetros (que finalmente fue de 3,6 metros), mientras que el próximo telescopio que se espera construir en 2012 tendrá 40 metros de diámetro.

"El avance de la tecnología ha sido un gran empuje para el sector porque la astronomía es una ciencia con una base observacional fundamental", ha destacado. "Las observaciones astronómicas están en la base de los avances y siempre van al límite de lo que permite la tecnología", ha insistido.

En cuanto al descubrimiento que considera más importante de las últimas décadas, Barcons ha destacado "el descubrimiento de la radiación de fondo de microondas, en 1965, un fósil de que el universo empezó con una gran explosión". "Fue la confirmación última inequívoca de que el universo en el pasado fue mucho mas denso y caliente que ahora y que ha nacido de una gran explosión y no de un universo que siempre ha sido igual".

En los próximos meses la ESO va a poner en marcha una serie de actos, conferencias y anuncios científicos para celebrar este aniversario de ESO. En este sentido, el presidente del Consejo ha señalado que "seguro que en esos días se conocerán los primero resultados del observatorio ALMA", un proyecto que ha definido como "único" y que todavía está en construcción pero que "ya realiza las primeras observaciones sin todas las antenas que tendrá finalmente".

Del mismo modo, ha señalado que espera el anuncio este año del inicio de la construcción del telescopio E-ELT. España optaba a ser la sede de este innovador telescopio, aunque los expertos se decantaron finalmente por Chile para su instalación por las condiciones climatológicas y la situación.

El astrónomo español ha señalado que este tipo de celebraciones son "muy importantes" a la hora de hacer llegar a la sociedad el mundo de la astronomías. Para Barcons, el hecho de que haya muchos "mitos" y "desconocimiento" alrededor del espacio es consecuencia de los medios de comunicación y de los propios científicos. "Muy pocos medios tienen una sección de ciencia y muchas veces colocan las noticias científicas en una página común de sociedad junto a la crónica social, lo que es un sinsentido" ha criticado.

Además, ha señalado que muchos científicos "no dan la suficiente importancia a éste aspecto de informar sobre lo que se consigue", de manera que la situación de la ciencia en la sociedad es "una culpa compartida".
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