martes, 16 de octubre de 2012

El mundo vigila con cautela al Sol

Vivir una era de hielo es imposible. Aunque las radiaciones y manchas solares han disminuido, la Tierra nunca se va a enfriar por completo ni sus habitantes podrán presenciar nuevamente el Mínimo de Maunder (1645 a 1715), un período donde las manchas solares desaparecieron de la superficie del Sol. El efecto invernadero impide que el planeta se congele. La preocupación actual es otra. Estas variaciones climáticas del espacio afectan directamente al campo magnético, la ionósfera y la comunicación de la Tierra. Para analizar estos comportamientos aeroespaciales, astrónomos de todo el mundo se reunieron en Quito, desde el lunes 8 de octubre hasta el viernes 12.
En el Congreso astronómico se trataron los Fundamentos de las Ciencias Espaciales, enfocados específicamente en el clima espacial, un fenómeno que preocupa a la comunidad científica desde hace 25 años. El director del Observatorio Astronómico de Quito, Ericson López, explica que el análisis climático del espacio está ligado a los estudios de los procesos físicos del sistema solar. “Se estudia los fenómenos del Sol, el viento y las erupciones solares, el comportamiento de las magnetósfera y su influencia en las actividades del ser humano”. Ahora el Sol emite menos radiación y, aunque en marzo del 2013 llegará su máxima actividad, el pico (medición de radiación en vatios por metro cuadrado) será menor que en períodos anteriores. López dice que la reducción de emisión también se puede observar en la ausencia de manchas solares, elementos espaciales que actúan como columnas que impiden que el plasma caliente del sol ingrese a la zona magnética. Este comportamiento espacial se demuestra en los veranos fríos que ha sufrido la humanidad, añade el director del Observatorio. En el país, esta variación se percibe diferente por la geografía, pues los rayos de Sol- aún cuando su emisión sea escasa- caen perpendicularmente. Nat Gopalswamy, astrónomo de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA), enfatiza que la reducción de radiación – propia de la dinámica evolutiva del Sol- no logrará congelar el planeta por el efecto invernadero que sufre la Tierra. El astrónomo comenta que cada 100 años, la humanidad vivía una pequeña era de hielo, cuya mayor representación se la conoce como Mínimo de Maunder, pero gases como el dióxido de carbono y su capacidad de retener la energía planetaria, lo impiden totalmente. http://www.elcomercio.com/
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