jueves, 14 de enero de 2016

Los “cúmulos globulares” abren la mayor expectativa en el futuro próximo de encontrar civilizaciones extraterrestres

Los 150 cúmulos globulares conocidos a la fecha, se convierten ahora en las áreas con mayor expectativa de encontrar en el futuro más próximo civilizaciones, o cuando menos, formas de vida extraterrestres, acorde a conclusiones del encuentro anual de la Sociedad Astronómica Americana.

“Un cúmulo globular bien podría ser el primer lugar en el que encontremos vida inteligente dentro de nuestra galaxia”, entiende Rosanne DiStefano, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en parte de nuevos aportes a la astronomía presentados durante la convención de los técnicos norteamericanos.

DiStefano y su colega Alak Ray, del Instituto TATA de Investigación de Bombay, India, están convencidos que los cúmulos globulares, las mayores concentraciones de estrellas conocidas, tienen no solamente el potencial sino la posibilidad real de contener tantos planetas que las posibilidades de haber desarrollado vida se multiplican de forma exponencial.

¿Por qué los cúmulos globulares son de tanta factibilidad?

La Vía Láctea tiene unos 150 cúmulos globulares, concentraciones de hasta un millón de estrellas en un espacio tan pequeño como cien años luz de diámetro, y cuya data se emparenta casi directamente con el origen del Universo. Los cúmulos globulares cobraron protagonismo, cuando permitieron conocer la posición relativa del Sol en la Vía Láctea, que hasta la segunda década del siglo XX se creía era el centro de la galaxia.

En nuestra galaxia la mayor parte de los lóbulos están en la zona periférica, es decir demasiado alejados como para investigarlos directamente, pero si sabemos que tienen un ambiente tan densamente poblado, que las zonas de habitabilidad de las estrellas son más que numerosas.

No obstante, al reducirse las distancias entre las estrellas de modo significativo –estçan hasta 20 veces más cerca que en casos como el nuestro- las fuerzas gravitacionales podrían llegar a incidir de tal modo que el sistema fuera mucho más inestable de lo imprescindible para la evolución de vida.

Como contracara, si entendemos que la vida en la Tierra apareció hace alrededor de 3.500 millones de años y el Sistema Solar tiene unos 4.500 millones, los planetas que pertenezcan a estrellas de cúmulos globulares, que llegarían al orden de los 10.000 millones de años, podrían haber visto evolucionar formas de vida, por mucho más tiempo y por ende con otras posibilidades evolutivas.http://www.lr21.com.uy/

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