miércoles, 23 de marzo de 2016

Las salvajes del Grupo Local

Esta escena, captada por cámara OmegaCAM de ESO, instalada en el telescopio de rastreo del VLT, muestra a una galaxia solitaria conocida como Wolf-Lundmark-Melotte o, para abreviar, WLM. Aunque se considera parte de nuestro Grupo Local, formado por unas docenas de galaxias, WLM permanece aislada en los bordes exteriores del grupo, convirtiéndola en uno de sus miembros más remotos. De hecho, la galaxia es tan pequeña y está tan apartada que puede no haber interactuado nunca con ninguna otra galaxia del Grupo Local -ni de fuera del Grupo Local- en toda la historia del universo.


Al igual que una tribu virgen de las profundidades de la selva amazónica o de una isla en Oceanía, WLM ofrece una rara visión de la naturaleza primordial de las galaxias que han sido poco alterados por su entorno.

WLM fue descubierta en 1909 por el astrónomo alemán Max Wolf e identificada como una galaxia unos quince años más tarde por los astrónomos Knut Lundmark y Philibert Jacques Melotte, de ahí su inusual apodo. Esta oscura galaxia se encuentra en la constelación de Cetus (el monstruo marino), a unos tres millones años luz de la Vía Láctea, que es una de las tres galaxias espirales dominantes del Grupo Local.

WLM es muy pequeña y carece de estructura, por tanto se clasifica como una galaxia enana irregular. WLM se extiende unos 8.000 años luz en su mayor envergadura, una medida que incluye un halo de estrellas extremadamente viejas descubierto en 1996 (eso9633).

Los astrónomos piensan que las galaxias primitivas, comparativamente pequeñas, interactuaron gravitacionalmente entre sí y, en muchos casos, se fusionaron, acumulándose y formando grandes galaxias. Durante miles de millones de años, este proceso de fusión fue generando las grandes galaxias espirales y elípticas que parecen ser comunes en el universo actual. La forma en que se crean estas galaxias, congregándose de esta manera, es similar a la forma en que las poblaciones humanas se han combinado durante miles de años, entremezclándose y estableciendo asentamientos más grandes, dando lugar, finalmente, a las megaciudades de hoy.

Sin embargo, WLM se ha desarrollado por sí sola, lejos de la influencia de otras galaxias y de sus poblaciones estelares. Por consiguiente, al igual que una población humana oculta con limitado contacto con forasteros, WLM representa un "estado de la naturaleza" relativamente imperturbable en el que los cambios que han ocurrido a lo largo de su vida han tenido lugar, en gran medida, de forma independiente a la actividad desarrollada en otros lugares.

Esta pequeña galaxia presenta un extendido halo de estrellas rojas muy tenues, que se extiende en la negrura del espacio circundante. Esta tonalidad rojiza indica su avanzada edad estelar. Es probable que el halo se remonte a la formación original de la galaxia, lo cual puede ofrecer pistas sobre los mecanismos que generaron las primeras galaxias.

Por otro lado, las estrellas que se encuentran en el centro de WLM parecen más jóvenes y tienen un color más azulado. En esta imagen, las nubes rosadas señalan las zonas en las que la intensa luz de las estrellas jóvenes ha ionizado el hidrógeno del entorno, haciéndolo brillar con un característico tono rojizo.

Esta detallada imagen fue captada por el sensor de amplio campo OmegaCAM, una enorme cámara montada sobre el Telescopio de Sondeo del VLT (VST) en Chile, un telescopio de 2,6 metros diseñado exclusivamente para estudiar el cielo en luz visible. Los 32 detectores CCD de OmegaCAM crean imágenes de 256 megapíxeles, ofreciendo una visión de amplio campo muy detallada del cosmos.http://www.eso.org/public/spain/news/eso1610/?lang

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