viernes, 28 de octubre de 2016

Las misiones de NASA cosechan un aluvión de estrellas “calabaza”

Ilustración de artista que muestra una comparación entre la más extrema de las “estrellas calabaza” encontradas con Kepler y Swift y el SOl. Ambas estrellas se muestran a escala. KSw 71 es mayor, más fría y más roja que el Sol y gira cuatro veces más rápido. El giro hace que la estrella se aplane y tome forma de calabaza, con polos más brillantes y un ecuador más oscuro. La rotación rápida también produce niveles mayores de actividad estelar como manchas estelares, fulguraciones y prominencias, produciendo una emisión en rayos X 4000 veces más intensa que la emisión máxima del Sol. Se piensa que KSw 71 se formó recientemente, después de la fusión de dos estrellas de tipo similar al Sol que formaban en un sistema binario cercano. Crédito: NASA's Goddard Space Flight Center/Francis Reddy.
Un equipo de astrónomos, utilizando observaciones de las misiones Kepler y Swift de NASA, ha identificado un conjunto de estrellas que giran rápidamente y producen rayos X a más de 100 veces los niveles máximos jamás observados en el Sol. Las estrellas, que giran tan rápidamente que toman la forma aplastada de una calabaza, se cree que son el resultado de sistemas binarios cercanos en los que se fusionan dos estrellas de tipo sol.


“Estas 18 estrellas giran en solo unos pocos días en promedio, mientras que al Sol le cuesta casi un mes”, comenta Steve Howell (Ames Research Center, NASA). “El giro rápido amplifica el mismo tipo de actividad que observamos en el Sol, como las manchas solares y las fulguraciones solares, y esencialmente lo pone en quinta marcha”.

El miembro más extremo del grupo, una gigante naranja de tipo K, llamada KSw 71, es más de 10 veces más grande que el Sol, gira en solo 5.5 días y produce emisiones de rayos X 4000 veces mayores que el Sol en el momento del máximo solar.

Estas estrellas raras forman parte de una exploración en rayos X realizada en el campo original del satélite Kepler, un fragmento de cielo comprendido entre las constelaciones de la Lira y el Cisne. “Un beneficio adicional de la misión Kepler es que su campo de observación inicial es una de las zonas mejor estudiadas del cielo”, comenta Padi Boyd (Goddard Space Flight Center, NASA). “Nuestro grupo estaba buscando fuentes variables de rayos X con contrapartidas ópticas vistas por Kepler, especialmente galaxias activas, en las que un agujero negro central es responsable de las emisiones”. “Con KSwAGS (Kepler–Swift Active Galaxies and Stars Survey ) hemos encontrado 93 fuentes nuevas de rayos X, repartidas a partes iguales entre galaxias activas y varios tipos de estrellas de rayos X”, comenta Krista Lynne Smith (Universidad de Maryland). “Muchas de estas fuentes no habían sido observadas anteriormente en rayos X o luz ultravioleta”.http://observatori.uv.es/

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