viernes, 2 de junio de 2017

LIGO "pesca" su tercera onda gravitatoria

Ilustración de artista que muestra dos agujeros negros en proceso de fusión, similares a los detectados por LIGO. Los agujeros negros, que se precipitan uno hacia el otro en espiral para acabar formando un nuevo agujero mayor, se muestran girando uno alrededor del otro en un plano. Están rotando de un modo no alineado, lo que significa que tienen orientaciones distintas en relación con el movimiento orbital global de la pareja. Existen indicios de este fenómeno en al menos uno de los agujeros negros del sistema GW170104. Crédito: LIGO/Caltech/MIT/Sonoma State (Aurore Simonnet)
El observatorio LIGO (Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory) ha realizado una tercera detección de ondas gravitacionales, ondas en el espacio y el tiempo, demostrando que definitivamente se ha abierto una nueva ventana en astronomía. Tal como ocurrió en el caso de las dos primeras detecciones, las ondas fueron generadas cuando dos agujeros negros chocaron para formar un agujero negro mayor.


Este agujero negro recién hallado, formado por este proceso de fusión, posee una masa que es 49 veces la de nuestro Sol. Esto rellena un hueco entre las masas de los dos agujeros negros fusionados detectados previamente con LIGO, con masas solares de 62 (primera detección) y 21 (segunda detección). “Tenemos una confirmación más de la existencia de agujeros negros de masa estelar que superan las 20 masas solares – hay objetos que no sabíamos que existían antes de que LIGO los detectara”, explica David Shoemaker (MIT).

Esta tercera detección, llamada GW170104, tuvo lugar el pasado 4 de enero de 2017 y, como en los otros dos casos, cada uno de los detectores gemelos de LIGO detectó ondas gravitacionales procedentes de las fusiones tremendamente energéticas de parejas de agujeros negros. Se trata de colisiones que producen más potencia de la que emiten todas las estrellas y galaxias del Universo en un momento dado. La detección reciente parece ser la más lejana, con los agujeros negros situados a unos 3 mil millones de años-luz de distancia.

La nueva observación proporciona también datos sobre las direcciones en las que están girando los agujeros negros. Como las componentes de las parejas de agujeros negros giran una alrededor de la otra, también giran alrededor de sus propios ejes, como una pareja de patinadores girando individualmente mientras van rodeándose uno al otro al mismo tiempo, y a veces giran en dirección opuesta a la de su movimiento orbital. Además, también pueden estar inclinados respecto de su plano orbital; esencialmente, los agujeros negros pueden girar en cualquier dirección. Los nuevos datos de LIGO no pueden determinar si los agujeros negros observados recientemente estaban inclinados pero sí indican que por lo menos uno de ellos puede no encontrarse alineado respecto del movimiento orbital global. “Se trata de la primera vez que tenemos pruebas de agujeros negros que pueden no estar alineados, lo que nos proporciona una ligera indicación de que los agujeros negros binarios puede que se formen en densos cúmulos de estrellas”, comenta Bangalore Sathyaprakash (Penn State University y Cardiff University).https://observatori.uv.es/

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