martes, 5 de diciembre de 2017

Un mapa revela la ubicación de gas misterioso que se mueve rápidamente

Un mapa del cielo completo que muestra la posición y densidad columna del gas de hidrógeno neutro que pertenece a las nubes de alta velocidad de la Vía Láctea y dos galaxias vecinas, la Gran Nube y la Pequeña Nube de Magallanes. Crédito: ICRAR.
Un científico australiano ha creado el mapa más detallado de nubes de gas de alta velocidad del Universo que existen a nuestro alrededor. El mapa cubre el cielo entero y muestra curiosas nubes de gas de hidrógeno neutro que se mueven a una velocidad diferente de la rotación normal de la Vía Láctea.

El astrónomo Dr Tobias Westmeier (The University of Western Australia) afirma que este mapa sugiere que por lo menos el 13 por ciento del cielo está cubierto por nubes de alta velocidad. “Estas nubes se están acercando o alejando de nosotros a velocidades de hasta varios cientos de kilómetros por segundo”, afirma. “Son claramente objetos independientes”.


El mapa fue compilado tomando una imagen del cielo y eliminando gas que se está desplazando al mismo ritmo que la Vía Láctea, para mostrar la posición del gas que viaja a una velocidad distinta. El resultado es el mapa de todo el cielo más sensible y de mayor resolución de nubes de alta velocidad que se haya creado. Muestra el gas con detalle espectacular, revelando filamentos, ramas y aglomeraciones dentro de las nubes nunca observados hasta ahora. “Es algo que no era realmente visible en el pasado y que nos podría proporcionar nuevos datos sobre el origen de estas nubes y las condiciones físicas en su interior”.

Se han propuesto varias hipótesis sobre la procedencia de las nubes de alta velocidad. “Conocemos con certeza el origen de una de las estelas largas de gas, llamada corriente de Magallanes, porque parece estar conectada con las Nubes de Magallanes Grande y Pequeña”, comenta el Dr. Westmeier. “Pero para el resto, su origen es desconocido”. “Sabemos que las nubes se encuentran muy cerca de la Vía Láctea, a menos de 30 000 años-luz del disco. Esto significa que o bien se trata de gas precipitándose hacia la Vía Láctea o de corrientes de gas que escapan de la propia Vía Láctea”.
https://observatori.uv.es

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